Las alianzas de boda son un elemento esencial e imprescindible para dar validez a cualquier matrimonio. Su origen se remonta al Antiguo Egipto, y aunque ha variado su simbología con el paso del tiempo, actualmente encarnan el amor y el compromiso, así como la fidelidad eterna.
Hay muchas teorías sobre el significado de las alianzas, por qué tienen forma redonda, y también numerosas opciones para su material, pero lo que nos interesa hoy es dónde colocar la alianza, en qué mano y en qué dedo.
Decisión libre para la mano, pero no para el dedo
No hay ninguna norma ni tradición que imponga la mano donde colocar la alianza, de hecho, esto varía en función de cada persona, incluso si es hombre o mujer. No obstante, en España es habitual que en la mayor parte de comunidades autónomas el anillo de bodas se coloque en la mano derecha.
Esa regla se rompe en Cataluña y Comunidad Valenciana, donde hay costumbre de poner las alianzas de boda en la mano izquierda. Aun así, mucha gente prefiere saltarse esa fórmula y hacer lo que realmente le apetece durante el momento de la ceremonia.
Donde sí hay más protocolo es en la elección del dedo, el anular. Los motivos que explican esta práctica son variados. En la Antigüedad se creía que ese dedo contenía la vena que iba directa al corazón, por lo que colocarla alianza en el anular era reforzar el amor eterno.
Con la llegada del Cristianismo, en las ceremonias de boda el sacerdote dedicaba el pulgar al Padre, el índice al Hijo, y el corazón al Espíritu Santo, de modo que sellaba el compromiso con el Amén en el dedo anular.
Otra tradición con las alianzas de boda es grabar mensajes secretos en su interior, con la fecha del enlace y algún lema de compromiso.