Antonio y Cristina pusieron freno a esa idea de que una boda requiere meses de preparativos. Ellos organizaron la suya en apenas cuatro meses. Nuestro salón de celebraciones fue un lugar muy protagonista el pasado 12 de febrero. Te contamos cómo fue nuestra participación en este gran día para ellos.
Confianza plena y mutua con los novios
Cristina y Antonio mostraron plena confianza en El Cine desde que pusieron fecha al enlace. Apostar por el salón de celebraciones de nuestro restaurante es garantía de comodidad para la mayoría de invitados, que son maireneros y tienen muchos vínculos familiares y de amistad entre ellos.
En nuestro caso, el modo de demostrar el compromiso fue ofrecer las mejores prestaciones y la máxima entrega del equipo en todo el evento. Este hecho se hizo patente en cuestiones como la decoración, sencilla pero completa y con un toque de verdor, para avanzar la pronta llegada de la primavera.
Uno de los aciertos en la boda fue instalar altos centros de mesa, que permitían mantener conversaciones fluidas entre comensales. Para el photocall se instalaron dos elementos: un pórtico floral en El Patio y un marco portátil que imitaba una Polaroid. Los invitados utilizaron ambos espacios para tomarse fotos o para servir como modelos de los fotógrafos de la boda.
Un menú contundente y muy personal
Como es costumbre en nuestro restaurante, la recepción de la boda tuvo lugar en El Patio; y el banquete ya en el salón de celebraciones El Cine. Para el menú los novios apostaron por el sushi en los entrantes.
Cristina y Antonio son muy aficionados a este plato japonés, por lo que no dudaron en ofrecerlo junto con el clásico jamón ibérico y una tabla de quesos variados. No faltaron los maestros cortadores de jamón sirviendo esta delicia a cada mesa.
Los primeros bocados continuaron con un plato ya contundente, un arroz con carabineros que respondía al deseo de los novios por agradar a sus invitados. Y tras el primero, redondo de ternera acompañado de crema de alcachofas y patatas gajo. En el postre, dos opciones, un trampantojo de tarta de queso con frutos rojos y una tarta de chocolate.
Una vez más, nuestro salón de celebraciones fue el escenario perfecto para conmemorar el amor. Antonio y Cristina, buenos amigos de El Cine, ya disfrutan de su vida como matrimonio. Les deseamos mucha suerte y felicidad.