Tras un largo y bonito noviazgo, Francisco y María del Mar consideraron que era buen momento para darse el «sí, quiero». Y claro, también lo prepararon con la máxima ilusión, sabiendo que se iba a vivir solo una vez en la vida. Los novios no querían que faltara detalle, y la hacienda y el catering tampoco.
Una boda primaveral en Hacienda de Medina
No era la primera vez que trabajábamos en la magnífica Hacienda de Medina. Ubicada también en la comarca de Los Alcores, concretamente en la localidad de Carmona, se trata de uno de tantos lugares con cuyos responsables hemos labrado una estrecha y fructífera relación. Elegirnos a ambos da a los novios todas las garantías, como bien sabían Francisco y María del Mar.
Como otros espacios similares, Hacienda de Medina se sometió a una cuidada restauración para pasar de un cortijo olvidado, tras vivir su esplendor en el siglo XVIII, a convertirse en un precioso lugar de celebraciones, a pocos minutos de la capital.
La boda se desarrolló entre el patio, un bonito escenario con arquitectura barroca, y el salón almazara, donde destacan las columnas originales de la época que se han convertido en una de las características más representivas del lugar.
Decoración acorde
El mesero, a día de hoy, no es solo aquello que da una información útil a los invitados, que deben saber cuál es su mesa. Es también una oportunidad de hacer una obra de arte decorativa.
Conseguimos montar un bodegón muy rústico, acorde con una boca primaveral en Hacienda de Medina. Fue utilizando ruedas de madera, cajones, faroles, una botella con corchos o marcos en un caballete. No podía faltar el toque natural que sirviera como constraste, y a las hojas verdes dispuestas aquí y allá se unían los propios macetones de la hacienda, con sus lilas silvestres. Todo ubicado en el mismo arco de la hacienda, para causar la mejor impresión desde la llegada misma, ¿a qué esperar?
Lo floral, en un día radiante de primavera, se encontraba también en el salón, con los centros de mesa altos.
¿Qué os parece?
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Boda primaveral en Hacienda de Medina: Francisco y María del Mar