La boda rural perfecta es aquella en la que novios e invitados disfrutan al máximo de su celebración. Puede ser en un cortijo, una hacienda, una masía, una casa rural o un palacete integrado en plena naturaleza. Lo que determina este tipo de bodas no es solo el lugar donde se celebran, sino que la decoración general esté adaptado al espacio que se ocupa.
Bodas rurales civiles o religiosas
Si en el establecimiento rural se va a realizar la ceremonia y el banquete, lo habitual es hablar de bodas civiles, pero también existe la posibilidad de una ceremonia religiosa si el lugar acoge una capilla o una ermita.
Por lo general, estos espacios incluyen también servicio de habitaciones para alojar a algunos invitados, lo que permite pasar unos días en el espacio y pensar en la boda no solo como un día de fiesta, sino como unas pequeñas vacaciones.
Enclaves en el ámbito rural pero bien conectados con la ciudad
Los espacios en los que se celebran bodas rurales están situados en el entorno rural, como no podía ser de otro modo, pero es recomendable que no se distancien mucho de la ciudad o las carreteras importantes, para facilitar la llegada de los invitados.
Es adecuado ofrecer a los comensales un mapa en el que se indique la localización vía GPS y un plano del lugar para que nadie se pierda. En estos enlaces también es aconsejable contratar un servicio de transporte colectivo de viajeros.
El banquete y la decoración
Unimos dos aspectos a priori muy diferentes entre sí porque el objetivo es el mismo, que todo recuerde al campo, a la naturaleza. Así, la boda rural perfecta es aquella en la que se ofrecen alimentos de calidad, de cercanía y de temporada, para promover una alimentación racional y saludable; y donde la decoración tiene como protagonista a elementos relacionados con la naturaleza: plantas, flores, madera, tarros de cristal, maceteros…
¿Cuándo es el mejor momento para celebrar una boda de este tipo?
Los meses de primavera, verano y algunas semanas de otoño, siempre que la meteorología acompañe, suponen la mejor época para estos enlaces, pues el propio entorno natural invita a compartir momentos en el exterior.
Esto no implica que también puedas celebrar tu boda rural perfecta en invierno, pero deberás contar siempre con un plan B por si las condiciones meteorológicas no acompañan.