La temporada alta de bodas abarca desde los inicios de la primavera hasta mediados de otoño. Sin embargo, cada vez son más parejas las que deciden organizar su evento nupcial en invierno, y en concreto optar por las bodas en Navidad.
Celebrar un matrimonio en Navidad e invierno supone añadir un toque de magia al evento, pues se puede jugar con el simbolismo de esta época del año, los reencuentros familiares o la propia calidez de los espacios interiores.
Temporada baja, mejores precios
Este es uno de los motivos que llevan a muchas parejas a decantarse por las bodas en Navidad. Hay más opciones de encontrar disponibilidad de espacios y de fechas, y posiblemente a un precio más económico.
Coste más económico en todos los servicios nupciales
Las ofertas y promociones no solo afectan al lugar de celebración, sino también a otros servicios como la música, la fotografía, la wedding planner o la decoración.
Ajustar la boda a la época del año
Si celebras tu boda en verano, lo que pide el cuerpo son recetas más ligeras, sopas frías, menús menos contundentes y espacios refrescantes al aire libre. Pues en invierno, algo parecido. Puedes organizar tu boda en Navidad seleccionando productos típicos de la fecha y postres tradicionales, como el turrón, los mazapanes, los bombones o el panettone.
En este proceso para ajustar la boda a la época del año, no olvides cuadrar la decoración y utilizar colores propios navideños: rojo, verde, dorado, el blanco de la nieve, centros de mesa, árboles de Navidad, el muérdago, las castañas…
Hasta en el vestido puedes implementar detalles propios invernales. Hz uso de los guantes, usa abrigo o una capa para no pasar frío y atrévete con un vestido de manga larga.
Las bodas de Navidad son una apuesta arriesgada pero que suele ofrecer buenos resultados. Es una forma de unir el amor como otro motivo de celebración a esta fecha tan especial y esperada.