Disfrutar de nuestro clima envidiable en unos extensos exteriores, poder celebrar la boda en un lugar apartado y cómodo, aprovechar su encanto natural e histórico como escenario o beneficiarse de un servicio exclusivo en el que no falta de nada. Esas son algunas de las ventajas de casarse en una hacienda, y Cortijo La Caprichosa responde a todo eso.
Así, al menos, lo valoraron Eliana y José Manuel, que también eligieron El Cine en su gran día. Y hemos de decir que su criterio al juntar catering y sitio no les falló.
Boda en Cortijo la Caprichosa
Cortijo La Caprichosa es un lugar notorio y con solera. Y no porque se trate de una hacienda andaluza más con todo el encanto que estas suelen poseer, sino por lo particular de su historia.
Quizá no te suene Aníbal González, pero seguro que has estado en la Plaza de España de Sevilla, en el Pabellón Mudéjar o en el Museo Arqueológico. Son las obras más representativas de este arquitecto que, además, construyó La Caprichosa en la localidad de Gerena.
Te puedes imaginar su esplendor solo considerando la trayectoria de González: amplios exteriores, patios porticados y empedrados, fachadas eclécticas cuajadas de vegetación y de un blanco reluciente, rincones íntimos y frescos llenos de árboles frutales, y salones espaciosos con todo lo necesario. No nos extraña que Eliana y José Manuel se enamoraran del lugar.
El Cine, sin límites
Es evidente que un catering tiene limitaciones a la hora de llegar a ciertos lugares, y no sería realista asegurar que llegamos a cualquier rincón. Pese a ello, El Cine trata de cubrir una zona geográfica amplia para que nuestras parejas no tengan que renunciar a lo que quieren. Si hemos viajado a otras comunidades cuando ha habido que hacerlo, ir hasta Gerena era lo de menos.
Lo importante era que nuestras elaboraciones, previamente seleccionadas por Eliana y José Manuel, estuvieran a punto para deleitar a los invitados, y que nuestro equipo humano se mostrara diligente a la hora de servir.
Novios e invitados debían encontrarse la mesa de quesos perfectamente montada, las bebidas en su punto de frío para refrescar el ambiente o una amplia variedad de elaboraciones para la recepción. Y en el salón no podían faltar los manteles impolutos, la vajilla exclusiva o la cristalería reluciente, para sumar en la degustación del menú más suculento.
El mejor indicador de que todo va bien es la alegría que nos contagian los protagonistas y sus invitados. Así que, al final de la jornada, pudimos poner esta boda en Cortijo La Caprichosa en nuestra lista de éxitos.
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Cortijo La Caprichosa: Boda de Eliana y José Manuel