Los preparativos para la boda se inician desde el momento en el que se pone fecha a la gran cita y terminan el mismo día de la boda. Cada tarea debe tener su espacio idóneo en el calendario, pero hay cuestiones que no se deben ejecutar el mismo día en que te casas. Te mostramos cuáles son esas cosas que no deberías hacer el día de tu boda.
Ayunar, no tomar nada de alimento
Esto no es un preparativo, pero no llegues a la ceremonia sin haber ingerido algo de alimento. Los nervios pueden jugar malas pasadas, pero si no comes nada, no tendrás suficiente energía para una jornada tan intensa como la que te espera
Cambios de última hora
Otra de esas cosas que no deberías hacer el día de tu boda es introducir cambios en el estilismo, el maquillaje o la decoración. Si has llegado hasta el final con una idea, mantenla.
No publiques en redes sociales
SI has esperado durante meses para mostrar cuáles son los preparativos de la boda, ten un poco de paciencia y deja que pase el día para compartir imágenes en redes sociales. Cuando lo hagas, mucho cuidado con mostrar a menores sin consentimiento de los padres o los tutores legales.
Hablar con los proveedores
Ya está todo organizado, no dejes para el último día cuestiones sin resolver. Si ya está acordado el servicio, no agobies a los proveedores, pues todo va a llegar a tiempo y según lo negociado.
Preocuparte en exceso por los detalles
Incluso aunque tengas planificado cada detalle de la boda, es probable que no todo salga como esperas. No obstante, esto no es señal de que la boda irá mal, pues siempre se acaba arreglando. Los errores humanos están ahí y pueden ocurrir, no te obsesiones con ellos.
No saludar a los invitados
Todos los invitados en la boda son importantes, así que toca saludarlos uno a uno, aunque pueda resultar muy agobiante. Ellos han dedicado tiempo y dinero para acompañarte, ten ese pequeño gesto de agradecimiento con ellos.
No estar preparada para las urgencias
Si todo no va a salir según lo planeado es probable que ocurra alguna emergencia: vestido, decoración, incidencia médica, cuestiones vinculadas la menú… Hazte a la idea de que esto puede ocurrir y prepárate para ello.
Olvidar que eres la protagonista
Si estás en tu boda pero ocupas un rol secundario, no es la boda perfecta. La protagonista del evento eres tú, junto con tu pareja. Ármate de vitalidad para recuperar relevancia en la fiesta.
Beber en exceso
El alcohol desinhibe, pero si se consume en exceso lleva a perder el control. No llegues a ese nivel, pues los novios no pueden perder el control en ningún momento. Diversión sí, toda la posible, pero sin tener que arrepentirse de nada.
No disfrutar tanto como mereces
La última de esas cosas que no deberías hacer el día de tu boda es no disfrutar lo que realmente mereces. Han sido meses de preparativos, muchos nervios y muchos quebraderos de cabeza. Cuando llegue el gran día, deja a un lado los nervios, relájate y diviértete como si fueras una cría pequeña en un parque de bolas.