Cuando estamos en la estación adecuada, el tiempo acompaña y la felicidad aflora, hay que afanarse en buscar la perfecta decoración floral para una boda primaveral. Fue lo que hicimos en la boda de Marta y Joan, que eligieron el Castillo de Luna y el salón de celebraciones El Cine para su gran día. ¡Y vaya si lo fue!
Así es la decoración floral para una boda
Los centros de mesa cargados de flores siempre son acierto por su estética. Sin embargo, para que llame la atención y tome verdadero protagonismo en la decoración, debe tener unas dimensiones considerables, lo que resta espacio a la mesa y algo de visibilidad a los comensales.
Catering El Cine tiene una solución para que la decoración floral de una boda sea determinante, primaveral: los centros de mesa altos. Con su característico verdor y por la propia altura, son lo primero que llama la atención al entrar en el salón, dando ese toque que queremos, a la par que son sumamente prácticos. Además, no están excesivamente recargados.
En definitiva, son prácticos, manejables, originales y austeros pero llamativos. ¡Nos encantan! Son parte, además, de una decoración que va más allá de los centros de mesa, que está presente en torno al mesero y al photocall, llena la mesa de quesos entre cestas, cajones y jarrones, y quedan en perfecta sintonía con textiles y platos.
Marta y Joan: un día de felicidad plena
Se nota cuando una pareja tiene complicidad. Joan y Marta llevaban bastantes años juntos y se habían embarcado en un proyecto común para compartir su vida. A la hora de casarse, les movía el compromiso que adquirieron el uno con el otro y las ganas de pasar un día inolvidable entre seres queridos, pero sobre todo les movía lo que sienten. Sus gestos de cariño continuos los delataban.
Hacía un sol de justicia cuando ambos, desde las casas de sus padres, pusieron rumbo al Castillo de Luna de Mairena del Alcor, pero ni el calor ni sus quemaduras quitaron emoción a la ceremonia. Familiares y amigos quisieron resaltar lo especiales que son.
En el salón aún había que vivir horas y horas de diversión, pero había que darse el homenaje de rigor. Después de la recepción, eso se hizo realidad con la chacina variada de primera calidad, el marisco y el primer y segundo plato: lomo de lubina con cremoso de alcachofas y espárragos trigueros, y presa ibérica sobre risotto de trufas y yuca frita, respectivamente. De postre, cuadrado de snickers de helados Miquel.
Que los invitados tomaron la energía suficiente se hizo más que evidente durante la fiesta posterior. De la mano de El Tumbao, no dejó de haber pies sobre la pista de baile en ningún momento. Y, por si acaso, los showmen y showgirls que se encontraban entre los invitados subían y bajaban del escenario para asegurar que no decayera la fiesta.
Los novios se sintieron en todo momento agasajados y queridos por quienes les rodeaban, y eso es lo bonito de una boda. Desde Catering El Cine y el salón de celebraciones nos alegramos de haber contribuido. ¡Que seáis felices, guapos!
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Decoración floral para una boda primaveral