El equipo de Finca Aguasanta tiene sentimientos encontrados cada vez que acoge una boda como la de Esperanza y Manuel. Estamos tan expectantes y nerviosos con los novios porque, desde que lo vemos por primera vez, son como de la familia. Pero también con la confianza propia de nuestra experiencia.
Una boda en Finca Aguasanta significa para nosotros afán de superación. Y tras la boda de Esperanza y Manuel nos sentimos especialmente orgullosos.
La recepción
Desde el principio de la boda, pretendemos que invitados y protagonistas se sientan cómodos, maravillados. Solo puede suceder en un lugar como Finca Aguasanta, con sus maravillosos jardines verdes e incomparables vistas.
En un lugar destacado, ubicamos un bodegón que hizo las delicias de los asistentes y no solo en lo que respecta al sabor. Suculentos bocados para ir abriendo boca presentados de forma que eran también un regalo para la vista.
Había desde distintas variedades de queso en su correspondiente formato (cortado en cuñas, en versión piruleta…) hasta canapés sabrosos y refrescantes con mucha presencia de verduras de la tierra y ubicados sobre tostas o barquillos. No faltó tampoco nuestro cocinero ofreciendo a quien deseaba acercarse platos en su punto, en todo un cooking show que solo un profesional puede desplegar. Y mucho más.
Para amenizar, la orquesta se colocó en un espacio privilegiado, nuestro escenario-mirador junto a la espectacular fuente.
El banquete
Cuando se trata de una boda en Finca Aguasanta, intentamos conjugar la sencillez con la elegancia, el buen gusto no excesivamente recargado. Para la boda de Esperanza y Manuel, eso se tradujo en nuestros habituales tonos neutros, combinando el pastel con el blanco, dejando que resaltará el color en los detalles.
A reseñar, los postres. Toda una fusión de sabores diferentes en lo que era auténtica arquitectura de repostería para la presentación.
Los detalles
Como es habitual cuando hablamos de una boda en Finca Aguasanta, reparamos mucho en los detalles.
Especialmente bonitos y vistosos quedaron los centros de mesa, en el que se combinaban hermosas rosas de color rosa en varios tonos, y combinado con plantas en verde que el daban un aspecto silvestre.
Similares eran los de la mesa presidencial, pero colocados en alto para darle el toque diferentes que merecen los protagonistas, y para que no hubiera nada que no permitiera tener a los novios una visión integral del espacio. También colocamos una fila de pétalos de rosa.
Felicidades, Esperanza y Manuel, e infinitas gracias por confiar en nosotros y ser tan amables.
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Esperanza y Manuel: Boda en Finca Aguasanta