Julio y María José querían una boda sencilla en cuanto a ornamentos. Sabían que lo importante eran las anécdotas que compartieran con sus familiares y amigos, reunidos todos en una ocasión especial. Aparte de lo esencial, lo demás hubieran sido meros aditivos para la pareja.
La boda de Julio y María José
La boda de estos jóvenes maireneros, a los que hemos visto crecer, tuvo lugar en nuestro salón de celebraciones, en la calle Cantarito. Con las dimensiones óptimas y la decoración más fina, es la mejor opción cuando se quiere una boda sencilla y se prefiere no tener que desplazar a los invitados.
La recepción tuvo lugar, como siempre, en el patio. Era el momento de abrir boca, mientras en el salón todo lucía impecable para acoger a los invitados: mantelería floral con beige y colores cálidos, sillas blancas y unos centros de mesas que terminaban de dar el toque primaveral.
Centros de mesas florales con nardos
Eran los centros de mesas florales los que destacaban en el salón, demostrando que se puede conseguir mucho con poco. Al fin y al cabo, a nuestros espejos dorados o a nuestras largas cortinas de terciopelo poco más hay que añadir.
Entre ellos hay que destacar, por supuesto, la mesa nupcial. Por tamaño y por belleza suelen entre los demás, y en esta ocasión nos decantamos por nardos. Los centros de mesas florales con nardos aportan elegancia y fragancia, además de conseguir avivar los recuerdos. Están ligados a nuestra cultura, y en la que es nuestra estación más señera, la primavera, no se nos ocurría mejor opción.
Para que todos los miembros de la mesa puedan hablar con comodidad (en la nupcial y en todas las demás), lo mejor es colocarlos en alto, como hicimos en esta ocasión. Así se puede ganar en tamaño y en vistosidad sin que se convierten en una barrera inútil.
¿Qué os parecen?
Catering El Cine
Centros de mesas florales para la boda de Julio y María José