Usar un segundo vestido de novia es una apuesta cada vez más popular entre muchas chicas cuando llega el día de la boda. Hay quienes optan incluso por un tercero, pero eso ocurre en menos ocasiones.
Si te estás planteando tomar esta decisión, aquí te ofrecemos algunas ideas básicas. Y ojo, no pienses que es un derroche o algo extraordinario, pues esta práctica es muy habitual en otras culturas, especialmente en Asia Central, China o Marruecos.
Qué aspectos positivos tiene usar un segundo vestido de novia
El primer aspecto a señalar es que puedes usar otro traje para el banquete que sea más cómodo y te permita mayor movilidad. Además, si sufres algún incidente que deteriore el vestido, tendrás la opción B.
Por otra parte, con el cambio de vestuario también dejas claro que la celebración pasa a otra fase. El vestido más protocolario de la ceremonia lo dejas en el armario, libre de posibles manchas, y comienzas a disfrutar de la fiesta y el baile con un look más desenfadado y cómodo.
Por otro lado, el segundo vestido de novia te permitirá ser más fil a tu estilo, dejando a un lado el formalismo de la ceremonia. Y además con esta apuesta acabarás sorprendiendo a muchos invitados.
¿Cómo elegir el segundo vestuario?
La apuesta más común es un vestido corto que permita disfrutar de la fiesta y el baile. La opción del pantalón o un vestido sencillo que contraste con el inicial son otras dos alternativas válidas.
Incluso puedes decantarte por un vestido dos en uno, que consiste en una sola pieza que incluye falda y cola larga. Así, cuando llegue la fiesta lo único que tendrás que hacer es retirar la cola y dar paso a un casi segundo vestido de novia.
Finalmente, si apuestas por esta práctica no olvides acompañar el cambio de outfit con modificaciones en el look: peinado, zapatos y maquillajes. Y un apunte importante, puedes usar un nuevo look, pero es mejor si respetas el color.
Puedes leer más artículos como este AQUÍ