El equipo de Cine Catering ha estado en la Hda. Guadalupe en varias ocasiones, pero siempre nos encanta volver. Es un lugar que inspira por su historia, pues se construyó en el siglo XVIII como finca dedicada al cultivo de olivos. Además, su acceso es fácil desde la SE40, y sus responsables facilitan mucho nuestro trabajo cada vez que vamos.
En esta ocasión, fueron Antonio y Rocío quienes nos llevaron allí.
La boda de Rocío y Antonio en Hda. Guadalupe
La hacienda gusta a los novios por su belleza y su versatilidad. El encanto de patios y jardines es evidente, así que se pueden aprovechar los días soleados tan frecuentes por estas tierras.
Antonio y Rocío los usaron para la recepción, cuando entre la belleza del lugar y lo rico de los aperitivos se aseguraba una experiencia grata a los invitados. Las tartaletas de marisco, las croquetas o los minirollitos crujientes daban buena cuenta de ello.
Para crear el ambiente idóneo, el espacio se acota con los bodegones de decoración de rigor. Entre los muchos detalles dispuestos destacamos el mesero, que era con un conjunto de macetas con el cartel de las mesas clavado en cada una.
Entre lo clásico y lo rociero
Su gran salón está a la altura de los espacios exteriores de la hacienda. Las macetas también ocupaban el centro de mesa, algo original por el toque campero que dan y por lo cómodas que resultan.
Contribuían a dar un toque primaveral junto a las rayas de los manteles. Macetas y cortinas de rayas son, precisamente, adornos habituales en cualquier caseta de Feria. El binomio blanco-beige, por otra parte, es un combinado clásico y sobrio.
De primavera y de fiesta sabe mucho la pareja, ambos devotos de la Virgen del Rocío. Para recordarlo, incluyeron en el menú una bonita ilustración de ellos en plena romería.
La decoración y el montaje del salón siempre incluye más referencias al lugar donde nos encontramos, al sur, más aún si los novios son originarios de este. Los platos, por ejemplo, recuerdan a ese azulejo hidráulico que remite a lo arabesco. Antes de comenzar con el banquete, los invitados pudieron recoger de ellos sus obsequios, además de ver las etiquetas con sus nombres.
Es solo ejemplo de los muchos detalles que tuvo la boda, donde también hubo lugar para la decoración más exótica con piñas. Los novios, además, se acordaron de las bodas que están por venir, homenajeando a los futuros protagonistas.
En definitiva, un día para disfrutar en Hda. Guadalupe y que ya está grabado para siempre en la memoria de los novios y quienes más les quieren. Nos alegramos de haber contribuido a su felicidad.
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